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sábado, 18 de julio de 2009

Las cavernas (II)

Las puertas se abrieron de par en par, y el viento q casi las echa abajo entró con ella por el pasillo alfombrado que no callaba el sonido taconeante de los pasos. Las puertas se cerraron de golpe, igual que al abrirse. Como hormigas, las hermanas menores acudieron ante la llegada de su mayor, buscando asistirla, pero ella, ya preparada para su cometido, cerraba sus ojos sin cerrar los párpados para abrir los ojos, esos que miran desde lo profundo hacia lo más elevado.
Anaika encendió las velas y se ubicó en su círculo. Su mente, su alma, desapareció del lugar. Sus hermanas protegerían su envoltura de carne, pero ella solo podía pensar en una cosa: la hermana Hiarana había desaparecido.
"Hiarana, quien está llena de la sombra del mar, es Anaika quien te busca. Hiarana, estés donde estés, que tus ojos sean mis ojos y tu carne mi carne".
Los ojos de Hiarana se abrieron lentamente. Era dificil respirar, y las sombras eran confusas. Pasada la confusión del despertar vió alrededor: una cueva, una pequeña bóveda semiesférica, cubierta de un extraño líquen fosforescente q teñía de un tenue verde la oscuridad. Pero aquella caverna, ese sitio donde estaban, no era aquel donde recordaba haber estado. El aire encapsulado, como en una copa puesta boca abajo en el agua, estaba enrarecido pero respirable, y la conexión con el mar estaba en un rincón, verticalmente hacia abajo y del tamaño de una persona, como si hubiera sido creada intencionalmente.
De pronto notó, en las sombras, sobre la roca, algo que se movía lentamente. Lo que fuere, estaba observándola. Un miedo la inmovilizó, casi echándola hacia atrás, pero cuando quiso retroceder Hiarana notó que algo la hacía avanzar hacia lo desconocido. Anaika, olvidando por un momento el estado de su hermana, se dejó llevar por la curiosidad.
Una creatura antropomorfa pero sin cabello ni labios, con la piel lisa de un claro azúl grisáceo (como un delfín, pensó), cuya parte inferior culminaba en aletas y con membranas bajo los brazos, eso era lo que se hallaba frente a ellas. Miles de años de evolución, como dijo el profesor Z, había bajo el mar más que sobre la tierra. "Si esto se parece a un delfín, un humano se parece a un mono" dijo Hiarana, notando al fin a su hermana; un pensamiento sollozante pidió ayuda, una salida, algo...
Volvió el temor a reinar. Retrocedió, ante la mirada inexpresiva, y un tercer pensamiento irrumpió en el silencio.
"No temas. Estabas en peligro, de algo diferente a mí. Solo como peces, no te haré daño, creatura de la tierra".
Algo diferente? Acaso había algo más? Pensó, como experta en el mar y en lo que los humanos saben de él, que delfines y ballenas fueron creturas terrestres que se adaptaron al mar, pero... acaso sería posible...?
Un temblor fuera llamó la atención de ambas. La creatura, visiblemente alarmada, sujetó la mano de Hiarana con su mano palmeada de cuatro dedos (tenía pulgares, pero no era momento para notarlo) y la sacó de ahí. Salieron disparadas hacia arriba, a través de aguas inmaculadas de la mano del hombre y de la luz solar, buscando la luz, buscando alejarse. Algo se movía, algo veloz y pesado, y las perseguía. Hiarana, desesperada, no sabía q hacer o decir... pero Anaika, fría y feroz como líder que era, tomó las riendas de sus actos: la forzó a cerrar su respiración, con una mano sujetó el tubo q la conectaba al oxígeno, lo arrancó y soltó un chorro q las propulsó hacia arriba. Hubiera jurado que tras el estallido de burbujas oyó el chasquido de dos grandes mandíbulas entre si... pero pudo ser un error, una sensación alucinada entre los nervios del momento...
La extraña creatura, diferente pero similar a la sirena q el hombre cuenta en cuentos, la soltó. Anaika, cansada del esfuerzo mental, se desprendió de ella involuntariamente.
Dos horas después, el barco la halló contra la costa, exhausta. El dr Z se veía aliviado, fuera de su frialdad, tan preocupado por la muchacha q casi olvida revisar si traía consigo la segunda cámara q le había entregado...

1 comentario:

H dijo...

Lamewntamos la demora. En nuestro equipo existió cierta interna, pero ya solucionada (eso creo) estamos de nuevo con la continuación de un relato medio híbrido, inspirado en leyendas griegas, en ciencia darwinista y en el terror q encerra la oscuridad bajo los mares...