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jueves, 21 de octubre de 2010

Sueño (II)

En la quietud de la noche ella abrió los ojos. Estaba en su cama, como de costumbre, y al igual q siempre se encontraba junto a ella un hombre varios años mayor. Se levantó y fue hasta la cocina. Tomó un vaso de leche sin encender la luz, iluminada solo por la luz interior de la heladera. Estaba en ropa interior, pero no importaba ya q solo ella y su esposo se hallaban en el amplio departamento, o al menos eso creía.

Volvió a la habitación, pero su esposo ya no estaba. Vió en todas direcciones, se asomó al baño, luego salió al balcón, pero no lo halló. Se dió la vuelta y encontró en las sombras, de pié junto a la cama, la figura de un hombre; no era su esposo, demasiado delgado el vientre y mayor de estatura, sin contar q la cabellera cubría toda su cabeza. Le resultó q aún en la oscuridad la figura le era conocida.

- Quién sos? -le dijo

- No me reconoces? -preguntó, un poco sarcástico

Al oír la voz al fin lo reconoció. Era el hombre q decía desearla como a niunguna otra cosa y a quien ella había rechazado a pesar de su fortuna, a pesar de su jucventud, a pesar de desearlo como a ninguna otra cosa.

- Donde está mi esposo?

- Esto es un sueño. Este es TU sueño: un momento cuando ese viejo desapareció sin dejar rastro y yo tomé su lugar. No lo soñaste acaso?

- Miles de veces... -respondió; en verdad debía de tratarse de un sueño pues su cuerpo se movía sin q ella tuviera conciencia de lo q hacía, ni cuando avanzó hacia él, ni cuando se arrodilló en el suelo tan sumisamente.

- Martín, soy tuya...

La sonrisa de Martín brilló en la oscuridad, y un par de colmillos resaltó en esta como puñales.

Oriana despertó sobresaltada. Sus verdes ojos vieron alrededor frenéticamente hasta reconocer l habitación, y de a poco intentó relajarse. Ya había amanecido. Su respiración agitada hacía q sus pechos subieran y bajaran, pareciendo incluso más grandes, pero no había nadie q lo notara: su esposo no estaba ahí, seguramente acabara de irse a su oficina. No solía perder el tiempo intentando despertarla, ella tenía el sueño muy pesado.

Oyó el timbre de la puerta. Buscó una bata con la cual cubrir su desnudez (cuando se había desnudado?) y acudió a atender.

Era la secretaria de su esposo: dijo q había estado aguardandolo en la entrada junto con su chofer durante media hora y no le respondía sus llamados. De pronto, la mujer alzó la vista y quedó su rostro boquiabierto al ver algo por detrás de Oriana; casi al instante se desmayó. Oriana dudó en intentar atenderla o ver, pero fué instantanea su curiosidad y vió hacia atrás.

De su boca emergió un alarido q sacudió los vidrios de todo el piso.

Contra la pared de la sala yacía su anciano y millonario esposo, clavado a ésta por brazos y piernas como crucificado, con las costillas extendidas hacia afuera como pétalos de una enorme flor roja dejando su pecho abierto para mostrar un hueco donde debía de haber un corazón. Sobre su cabeza, en la blanca pared, había un mensaje q decía "Sueño cumplido", escrito en sangre.

La policía no demoró en llegar, aún así no hallaron a Oriana. Sí demoraron en notar q el mensaje no estaba escrito con sangre de la víctima (la cual en vez de estar regada por la casa simplemente había desaparecido) sino con sangre de la esposa...

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